Por Jorge Hernández Alonso | @chefkoketo
Los huevos mimosa son una receta típica de otros tiempos. Muy a nuestro pesar, la cocina contemporánea parece haberse olvidado de este tipo de suculentos bocados. Omnipresentes durante mi infancia, eran protagonistas indiscutibles en aquellas ocasiones en las que algún invitado visitaba la casa de mis padres con la intención de disfrutar de la buena mano que mi madre tenía en estos menesteres. Ahora bien, siempre que no fuera verano. En tal caso, eran sustituidos por una ensalada rusa bastante historiada que hacía las delicias de los comensales.
Por mi parte, ya hace lustros que no los preparo. Así que aprovecho la escritura de este artículo para volver a disfrutarlos y os brindo la oportunidad de rememorar esta receta que, a buen seguro, muchos habrán degustado en sus hogares. Algunos hasta llegar a indigestarse.
Así pues, vamos a conocer un poco de historia, descubrir el secreto de cómo cocinar unos huevos cocidos de forma adecuada y, por supuesto, recordaros la elaboración de la mayonesa casera que debe acompañar a este aperitivo.
Aunque puntualizaremos más tarde el origen del plato, su nombre original es oeufs mimosa que, traducido del francés, significa “huevos de mimosa”. En la mayoría de las casas se popularizó con un término más simple: huevos rellenos. Quizás sea algo vulgar, pero describe perfectamente lo que vamos a comer.
De todas las nomenclaturas que recibe a lo largo del globo, me quedo con la inglesa: deviled eggs o huevos endiablados, denominación que recibe posiblemente porque se suelen finalizar con una capa de pimentón picante que le da un toque intenso y punzante.
Están presentes en múltiples países, tales como en Hungría (töltött tojás), Rumanía (ouă umplute), Bélgica, Holanda y Alemania, donde son recubiertos con salmón y caviar y se les conoce como huevos a la rusa.
Si te preguntas por qué se les llama huevos mimosa, la respuesta es sencilla. Al rallar la yema del huevo duro sobre el relleno y la clara cocida, el aspecto es muy parecido a la imponente floración de la planta tropical del mismo nombre (Acacia dealbata o Acacia decurrens), de un espectacular e impactante color amarillo. Esto mismo ocurre con el famoso cóctel mimosa, que también recibe ese mote por su parecido con este arbusto, aunque en este caso se combinan champagne y jugo de naranja, por lo que el color no es tan similar como el de nuestras nidadas comestibles.
Aunque las preparaciones actuales son el resultado de las interpretaciones modernas de la gastronomía francófona, o las locuras de sus predecesores, este plato es conocido ya desde la antigua cocina romana. Marcus Gavius Apicius (siglo I), en su enciclopedia de cocina De re coquinaria, da indicaciones de cómo se preparan los huevos rellenos: aderezando las yemas con mejorana, azafrán, clavo y queso o requesón.
Pero mucho antes de que los franceses adoptaran este plato como algo nacional, en Andalucía se tenía ya por costumbre consumirlos. Conocemos varias recetas del Medievo (siglo XIII) en las que se confirma este hecho, ya que al sur de la península se degustaban huevos con sus yemas mezcladas con aceite de oliva, garum, cebolla y cilantro, y se terminaban con un toque de pimienta. También existe alguna receta con influencia árabe, con condimentos típicos de esta cultura como la canela y el azafrán. Así que, dejemos que nuestros vecinos consideren que los huevos mimosa son creación suya, aunque todos sabemos la realidad, como la de muchos otros platos propios de nuestra cocina.
· 4 huevos cocidos XXL
· 5 g de mostaza de Dijón
· 75 g de mayonesa
· Unas ramas de perejil o cebollino
· Una pizca de pimienta negra en grano
Mezclamos la mayonesa con la mostaza de Dijón, sal y pimienta.
Picamos después el perejil y/o el cebollino.
Luego pelamos y cortamos por la mitad los huevos y aplastamos la yema de los huevos con un tenedor (dejamos una yema reservada).
A continuación mezclamos el resultado de la mayonesa con las yemas que hemos aplastado y rellenamos los huevos.
Finalmente, espolvoreamos con la yema que habíamos guardado por encima de la mezcla.